Me licencié en Psicología por la Universidad de Sevilla, continué mi formación especializándome en Atención Temprana porque sabía que quería orientarme laboralmente en el ámbito de la infancia. Llevo desde entonces dedicándome a la estimulación del desarrollo infantil, acompañando a familias a entender el desarrollo de sus hijos e hijas, a potenciar sus capacidades y, a adaptarse a los desafíos que plantean diversos trastornos o alteraciones en el desarrollo. Fue a partir de mi propia maternidad, cuando fui consciente del gran valor que tiene la educación emocional para gozar de una buena salud mental y prevenir trastornos futuros en etapas adultas. Es por ello, por lo que baso mi terapia en el trabajo de la identificación de las emociones, aceptación y capacitación en la gestión de las mismas, de forma que favorezcamos el bienestar emocional y mejoremos así, la calidad de vida. Siendo madre, viví la dificultad de superar los retos que plantea la propia maternidad/paternidad, necesitaba conocer más sobre diferentes formas de criar porque los métodos antiguos, los que había conocido en mi propia infancia, no funcionaban… por ello, me formé como Educadora de Familias en Disciplina Positiva, sentía la necesidad de sostener y acompañar, desde una crianza consciente, a más familias que como yo, se habían sentido perdidas en los retos que plantea la propia maternidad/paternidad. He continuado completando mi formación en el ámbito de la Psicología Perinatal, para poder realizar un acompañamiento emocional a las mamás desde el propio embarazo e incluso, desde que surge el deseo de ser madres porque, ese es el primer momento, en el que una mujer se convierte en “madre”. Y así favorecer, desde estas etapas, el vínculo afectivo que se forja no solo en el momento del parto, sino incluso, desde el periodo prenatal.